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En dos días, Trump exacerbó ataques en Los Ángeles, una ciudad santuario y la segunda con más mexicanos en el mundo

  • Carlos e Carreon Valencia
  • 9 jun
  • 2 Min. de lectura

El presidente Donald Trump realizó redadas migratorias en la ciudad de Los Ángeles, segunda ciudad con más mexicanos en el mundo, lo que desató protestas y a su vez enfrentamientos entre los elementos de seguridad y la comunidad migrante, quienes evitaban ser arrestados.


En el 2024, el ayuntamiento de Los Ángeles declaró por unanimidad declararse ciudad santuario para la protección de los migrantes residentes de la ciudad.


Bajo esta condición, las autoridades de seguridad tienen limitada la detención de migrantes irregulares en a ciudad y en algunos casos no se comparte información de las personas en esta condición con las autoridades federales.


Los Ángeles también es la segunda ciudad con más mexicanos en todo el mundo; según información del Instituto Político de Migración (MPI), un total de 10 millones 816 mil 300 migrantes residen en Estados Unidos, de los que un millón 152 mil 600 de mexicanos se encuentran la ciudad de Los Ángeles.


Desde la llegada del mandatario a la Casa Blanca dejó muy en claro que uno de sus principales objetivos sería "terminar" con la población migrante de Estados Unidos, con una meta de tres mil deportaciones por día.


Sus medidas han provocado pánico entre la comunidad extranjera, ya que pueden ser detenidos en cualquier circunstancia, incluso si se encuentran en proceso de tramitar su legalización.


En las redadas migratorias de Trump se han arrestado a cientos de personas mientras se encontraban en sus lugares de trabajo, como obras de construcción, por denuncias "anónimas" o por presuntas citas para revisar su estatus migratorio.


El pasado viernes una nueva redada por parte de Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE) dejó a decenas de civiles arrestados luego de que activistas migratorios se enfrentaron con las autoridades.


Por su parte, el gobierno de Trump decidió desplegar varios elementos de la Guardia Nacional estadounidense en las calles de California, quienes agredieron a los manifestantes.


La alcaldesa, Karen Bass, rechazó dichas acciones contra los migrantes, aseguró que "se encontraba enojada" respecto a los disturbios y mencionó también que "ni ella ni su personal participarían en la aplicación de las nuevas leyes migratorias" porque esto solamente "sembraba" miedo en las familias.


"Esto viola nuestros principios", agregó.


Sin embargo, pese a que mencionó estar de acuerdo con las protestas, dejó en claro que "la violencia y la destrucción son inaceptables" por lo que podría haber consecuencias para quienes participen de esta forma.

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