Instituto de la Mujer en Tijuana ignora a la servidora pública que denunció por abuso sexual al exboxeador Erik ‘Terrible’ Morales
- Carlos e Carreon Valencia
- 15 jul
- 2 Min. de lectura
La reciente declaración de Candelaria Araceli Márquez Peña, titular del Instituto de la Mujer en Tijuana, pone en evidencia una alarmante desconexión del gobierno municipal, encabezado por Ismael Burgueño Ruiz, respecto a la atención de casos de abuso sexual. Su afirmación de desconocer la denuncia contra el exboxeador Erik ‘Terrible’ Morales, quien fue acusado de agredir sexualmente a una empleada de la Secretaría del Bienestar, refleja una falta de compromiso y atención ante situaciones tan graves que afectan a las mujeres en la ciudad.

Es inaceptable que una funcionaria de esta relevancia no esté al tanto de un caso que ha sido ampliamente cubierto por los medios de comunicación. Esta ignorancia no solo muestra una deficiencia en la comunicación interna del gobierno, sino también una falta de protocolos claros para proteger y apoyar a las víctimas de violencia de género. Es fundamental que el Instituto de la Mujer actúe con diligencia y proactividad, buscando a las víctimas y brindando el apoyo necesario, en lugar de esperar a que se acerquen.

Además, la respuesta del alcalde Burgueño, quien solicitó la renuncia de Morales un día después de enterarse de la denuncia, puede interpretarse como un intento superficial de manejar la crisis. Sin embargo, esta acción no es suficiente si no va acompañada de un compromiso real para fortalecer las instituciones que deben proteger a las mujeres y garantizar que estos casos sean tratados con la seriedad que merecen.
La Sindicatura municipal también debe asumir su responsabilidad en este contexto. La falta de seguimiento y apoyo para la víctima, así como la aparente pasividad ante la situación, son indicativos de una cultura institucional que no prioriza la seguridad y el bienestar de las mujeres. Es esencial que el gobierno municipal de Tijuana tome medidas concretas para mejorar sus protocolos de atención, garantizar la protección de las víctimas y asegurar que se realicen investigaciones exhaustivas en casos de abuso.

La sociedad exige un cambio y una respuesta efectiva. Las autoridades deben dejar de ser meras espectadoras y convertirse en agentes de cambio que realmente se comprometan a erradicar la violencia de género y a apoyar a quienes han sufrido estas agresiones. Es hora de que el gobierno municipal de Tijuana, y la Sindicatura, asuman su papel y responsabilidad en la lucha por la justicia y la igualdad.



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