Morelos aprueba la prohibición de "narcocorridos" en un esfuerzo por la pacificación
- Carlos e Carreon Valencia
- 17 jul
- 3 Min. de lectura
Morelos, México- En un movimiento que ha despertado tanto apoyo como controversia, el Congreso del Estado de Morelos ha aprobado una reforma al artículo 246 del Código Penal local, que establece la prohibición de las expresiones musicales que hagan apología del delito, particularmente los conocidos "narcocorridos". Esta decisión se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para enfrentar la violencia relacionada con el narcotráfico que ha aquejado a la región.
La reforma, impulsada por la diputada local de Morena, Jazmín Solano López, busca establecer un marco legal que no solo sancione a los intérpretes de estas canciones, sino también a aquellos que los contraten para presentaciones en espacios públicos. En su intervención, la diputada subrayó la importancia de las expresiones artísticas, pero enfatizó que estas deben contribuir positivamente a la cultura y a la pacificación de la sociedad. "Las expresiones artísticas, los bailes y la cultura son fundamentales para el desarrollo humano, pero deben abonar a la cultura y pacificación", declaró Solano López, dejando claro que la nueva medida es parte de un esfuerzo por erradicar las narrativas que glorifican la violencia.
El presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, se unió a la celebración de esta decisión, argumentando que cada vez que se entonan canciones que glorifican hechos delictivos, se alimenta una cultura de imitación que puede resultar en más violencia. "No estamos para eso", afirmó, resaltando la necesidad de construir un entorno más pacífico en la región.
Sin embargo, la prohibición ha generado un debate significativo. El pasado 18 de junio, el gobierno de Morelos canceló un concierto del cantante Junior H, quien fue señalado por autoridades locales como intérprete de "corridos bélicos". En respuesta, el artista emitió un comunicado en el que defendió su estilo musical, alegando que no incluye narcocorridos en su repertorio y que su música forma parte de un subgénero conocido como "Sad Boyz". Esta controversia resalta la dificultad de clasificar ciertos estilos musicales y el riesgo de censura en un contexto donde la libertad de expresión artística es fundamental.
La medida de Morelos no es un caso aislado. Otras entidades en México, como Jalisco, Aguascalientes y el Estado de México, han implementado prohibiciones similares en un intento por controlar el impacto de los narcocorridos en la sociedad. Estos esfuerzos reflejan un movimiento más amplio en el país, donde la violencia relacionada con el narcotráfico ha llevado a muchos a cuestionar el papel de la música y el arte en la promoción de narrativas que glorifican el crimen.
La situación plantea un dilema complejo sobre la libertad de expresión en el arte. Mientras que algunos argumentan que la música puede ser una forma de resistencia cultural y una vía para contar historias de vida, otros consideran que las letras que glorifican la violencia y el crimen pueden tener efectos perjudiciales en la sociedad, especialmente entre los jóvenes.
En este contexto, la reforma al Código Penal de Morelos no solo busca regular el contenido musical, sino también generar un debate más amplio sobre el papel de la cultura en la construcción de una sociedad más pacífica. A medida que se implementan estas prohibiciones, será crucial observar cómo estas medidas afectan a la comunidad artística y a la sociedad en general, y si realmente contribuyen a la disminución de la violencia en la región.
Con la aprobación de esta reforma, Morelos se posiciona en el centro de una discusión nacional sobre el equilibrio entre la libertad artística y la responsabilidad social, un debate que seguirá evolucionando en el contexto de un país que lucha contra el legado de la violencia y el narcotráfico.




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